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El Municipio de Arajuno diseñó en un escenario que está en medio de grandes dificultades la construcción de innovadores proyectos de agua con tecnología de punta y ecológicamente sustentables.
Un proyecto piloto para dotar de agua segura se implementó en apartadas comunidades asentadas en medio de la selva amazónica, en el cantón Arajuno.
Alrededor de 30 familias, todas indígenas kichwas, que viven en la comunidad de Nuevo San José, perteneciente a la parroquia Curaray, la única que tiene esta jurisdicción cantonal del norte de Pastaza, vivieron momentos de gran alegría al recibir, de manera oficial, el sistema de agua segura.
Para que este proyecto se haga realidad se debieron sortear muchas dificultades, tanto geográficas como económicas. Para llegar a esta población, primero se debe volar durante 40 minutos y luego caminar 10 minutos por una pica. Está en una planicie ya que en el lugar esa es la característica del terreno, todo plano, sin depresiones importantes, lo que también complicó la ejecución de la obra.
Al lugar llegó el alcalde Mario López. De hecho, se contrataron por lo menos 5 vuelos en avionetas con capacidad para transportar 5 y 3 pasajeros. Todo se había preparado para destacar la inauguración del sistema, un acontecimiento que puede ser un hito en la vida de las comunidades selváticas amazónicas.
Mediante la implementación de un innovador sistema que se aplica por segunda ocasión en la Amazonía, la primera fue en otra comunidad también perteneciente a Curaray, coincidentemente llamada San José de Curaray.
Peter May, un técnico alemán de la empresa CodeSolar Cia. Ltda. (Comunicación, Desarrollo, Tecnología, Energía Solar), fue el que lideró tecnológicamente la realización de esta obra. Explicó que el sistema se basa en el funcionamiento de dos bombas que reciben energía a través de paneles solares que succionan el agua de una vertiente y lo suben a un tanque reservorio desde donde, por gravedad, se distribuye a la población mediante una línea de tubería de conducción que tiene una longitud de 1.200 metros.
“Con los rayos solares generamos la energía para que funcionen directamente las dos bombas que tienen una potencia, regulada, de entre 3 y 5 mil caballos de potencia. Este sistema es diferente a otros que antes se instalaron ya que trabaja directo, esto significa que cuando hay sol se bombea el agua al tanque. En la noche, que no hay sol no funcionan las bombas pero sí hay el agua que está en el reservorio. Por ello, una gran parte que implicaba el mantenimiento en los sistemas anteriores, hoy ya no existen”, precisó May.
De su lado, Henry Salazar, representante del consorcio DaluvalCia. Ltda., que se encargó de la construcción, dijo que la obra pudo construirse en 5 meses y su costo asciende a 240 mil dólares. Su ejecución fue bastante compleja, reseña Salazar, cuando se refiere a varios puntos que ejemplifican esas difíciles condiciones que debieron sortear para poder hacer realidad este sueño de los comuneros.
Para destacar, es el transporte de los materiales de construcción, como el cemento o el hierro, por ejemplo. El flete para llevar 7 quintales de cemento cuesta 380 dólares, más su manipulación y traslado al sitio de la obra, el costo de cada uno de ellos, en el lugar de los trabajos, llega a estar entre 60 y 70 dólares.
La arena se lleva desde el lecho del río Curaray que está a 1.400 metros de distancia. El costo del transporte a la espalda, que se paga a los mismos habitantes de la comunidad y que se demora alrededor de 3 horas en hacerlo, es de 10 dólares por saco. Se requirieron más de 200 sacos de arena para la obra, es decir superó este rubro los 2 mil 000 dólares. La piedra se tuvo que llevar desde otro río, afluente del Curaray, que está a 30 minutos en canoa a motor.
Salazar demandó de los comuneros su apoyo a la obra, en especial, en el cuidado que deben dar a la infraestructura. Tiene una proyección técnica establecida para durar entre 25 a 30 años.
El presidente de la comunidad, Marcelo Vargas, dijo que todos quienes viven en Nuevo San José, que tiene apenas 5 años de vida, “estamos muy contentos. Antes no teníamos agua y debíamos traer para cocinas o para nuestro aseo desde el río (Curaray) que es muy contaminado por las petroleras que están en la cuenca del río Villano. Con este sistema que se nos está entregando estamos muy contentos, por lo que agradecemos mil veces a este Alcalde (Mario López)”, destacó.
Dijo que en las administraciones anteriores del Municipio se presentaron sus pedidos para que se les dote de este servicio básico; sin embargo, nunca recibieron una respuesta y sus mujeres, sobre todo, tuvieron que acarrear el líquido en ollas, canecas o bidones caminando, por lo menos, 30 minutos, incluso, bajo soles caniculares. Cuando llovía aprovechaban el agua de las precipitaciones.
El burgomaestre, de su lado, dijo que, “cuando asumimos la responsabilidad de administrar el Municipio decidimos dotar de agua segura a todas las comunidades de mi cantón. Inicialmente lo hicimos en Curaray que costó 250 mil dólares y, con el apoyo de fondos del Plan Binacional-Capítulo Ecuador- que cofinanció el proyecto que cuesta 240 mil dólares, lo hicimos acá en Nuevo San José”.
Cuatro nuevos sistemas
En la planificación Municipal, según dijo López, se tiene planificado seguir dotando de agua a otras comunidades de su cantón. Así se está trabajando para iniciar la construcción, sólo falta que se apruebe la viabilidad técnica por parte del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), en Jaime Roldós Aguilera que está también en Curaray, en Shiguacocha, Toñampari que es la principal comunidad de la nacionalidad waorani y en Villano.
La inversión proyectada es cercana al millón de dólares, todas las obras están en sitios apartados de acceso exclusivamente aéreo, de los cuales alrededor de 600 mil dólares provendrían de un crédito del Banco del Estado, unos 250 mil del Plan Binacional y los restantes 150 mil de fondos propios de la Municipalidad. 88